Hola extraño

Esta nueva temporada queda inaugurada con mi primer relato del Mundial de Escritura 2021.

Esta es la versión tal cual fue enviada. Sin embargo, no considero que sea la final,

pues ya tengo varios cambios que quiero hacerle.

En negrita van a encontrar la consigna del día y a continuación el texto.

La consigna me pareció más que interesante. Intenté describir a alguien que puede ver cosas en otros
que no ve en sí mismo y dejar picando algo en relación al lector... Escribí pensando en otro “relato” más viejo que tenía guardado

en la cabeza (limpiando esos anaqueles, vistes).

Espero les guste.

Pd. Que bueno que tengo mis auriculares a mano.


-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Día 1

La primera consigna de este Mundial está a cargo de Manuela Martínez, actriz y escritora, cuya primera novela, El último hombre perfecto, publicada en Penguin Random House, sale a la venta mañana.


Manuela propone escribir un mail que no enviarían, ya sea por una imposibilidad real, por vergüenza o porque no pueden llegar a esa persona. En lo que dicen se juega algo que no se animan a decir: una confesión, un secreto o lo que se les ocurra.


(3351)

Hola extraño.

Estuve pensando en vos últimamente. En realidad, lo de “últimamente” es solo un decir. Un erróneo decir. Lo cierto es que estoy pensando en vos desde hace 10 minutos. Moneda más, moneda menos.

Lo primero que me llamó la atención fue tu ropa. Un buzo negro y unos pantalones marrones que te quedaban grandes y gastados. Debajo una camisa a cuadros. Y zapatillas negras. No pude evitar verte, y una vez visto, no pude evitar pensar que te conocía. Me da pena, vergüenza, reconocer que te seguí por una cuadra. No me animé a más, pensando constantemente en si notaste o estabas por notar mi presencia, así como yo noté la tuya. Pero tenía que seguirte.

En esa cuadra apenas pude ver tu perfil, así que no se si realmente te conozco. Al menos no por tu aspecto. Pero… tu forma de caminar, tu postura. Estabas con los auriculares, cabeceando al compás de una melodía que nunca voy a saber cuál era. Tu ropa. Hay algo ahí. Algo que es familiar.

Ojo, no me malinterpretes. No es que ando por la vida siguiendo personas extrañas, ni tampoco estoy esperando que alguien me llame la atención en la calle. Aún así… tu forma de caminar, tu postura… pero eso ya te lo dije.

Nunca había seguido a alguien en la calle. Es verdad, fue solo una cuadra. No sé si podríamos decir que te seguí. Aunque, sí. Fue una decisión atestada completamente de discernimiento, intención y libertad: quería seguirte. Aunque sea una sola cuadra. Aunque no supiera bien para qué o por qué.

Curioso lo que uno puede ver en otra persona, aun un extraño, cuando realmente se dispone a “ver”. Despojado de la atracción, la sexualidad, del disgusto y la indiferencia.

¿Sabías que tus zapatillas están vencidas? Hacia adentro. Deberías cambiarlas. No ayuda a tu pisada, ya complicada.

¿Sabías que tu paso izquierdo se toma un segundo más que el derecho a terminar su recorrido? Caminas con una arritmia constante.

¿Sabías que tu mirada va constantemente del piso a los costados y de los costados al piso? Quizás no viendo todo al mismo tiempo.

¿Sabías que caminas sin ver hacia adelante? Una cuadra, 150 metros. Sin mirar al frente y sin chocar con nada y con nadie. Con seguridad o indiferencia, si es que ambas cosas pueden existir al mismo tiempo.

Ahora que lo pienso, te debería haber seguido más tiempo, más cuadras. Fueron unos pocos minutos en los cuales pude “ver”. Y no fueron suficientes para entender.

Después de todo, me gustaría pintar tu contexto. Claramente sos joven, no más de 20 o 21 años, pero no sé si estudias o trabajas. Si estás camino a encontrarte con alguien importante, a hacer algo divertido. Qué será que estabas pensando cuando caminabas seguro o indiferente, con ese paso izquierdo arrítmico que se queda un segundo de más, con dirección de avance pero solo observando el piso o los costados.

Pero que tipo raro, che. No vos, yo. Quedé tildado en un extraño de pelo largo. Y ahora que me quedé tildado, olvidé mi destino.

¿A dónde estaba yendo? ¿Me iba a encontrar con alguien? ¿Tendría que volver a casa?

Pero no quiero sacarte más tiempo con mis delirios. Se está haciendo tarde, la temperatura está bajando, estoy lejos y hoy en día caminar ya me hace doler los pies.

Y después de todo esto, ni siquiera me presenté.

Ojalá nos crucemos otra vez, extraño. Y ojalá en esa oportunidad, pueda entender.

Chau.


Pd: Pucha, como me gustaría tener mis auriculares a mano.


Entradas más populares de este blog

Encuentro

Horrible

Un Sueño