Ella y él.

Si, se que lo están esperando (?).

Hoy cuelgo el tercer relato del mundial de escritura. En relación a la consigna creo le pega en el palo. Me atrajo la idea de las diferentes derrotas que pueden existir en una relación que termina.

Y si, correcciones. Ya lo sé :/

Y no, no tiene nada que ver con la canción de Arjona.


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Día 3

Para la consigna de hoy, Lautaro Lamisovski, psicoanalista y escritor, propone escribir sobre la derrota más grande que hayan tenido. El objetivo no es que suene dramática sino más bien cómica, que puedan tomar distancia de esa situación y narrar con desapego y gracia. 


(3841)

Ella lo mira atenta, sentada en un sillón extremadamente cómodo. Espera, no, necesita una respuesta. Aunque sea insatisfactoria. Él, del otro lado de la mesa ratona y de riguroso traje, con la expresión perdida como si estuviera mirando directamente al punto de la pared detrás de ella, se mantenía en silencio.

Ella, extremadamente incómoda. Él, juega pensativo con los dedos sobre su rodilla.

Ella carraspea delicadamente y se reacomoda. Pasan los segundos. Ninguno de los dos emite palabras y solamente el zumbido del tubo de luz se hace evidente.

Cuando ella estaba por tomar la irrevocable decisión de salir del cuarto, él comienza:


- ¿Sabías que hay una tensión real entre tratar de encontrar sentido y existir en un mundo caótico y sin sentido? No, espera, espera... dejá que te explique… esta mañana me levanté, desayuné y revisé las noticias. Tranquilamente podría haberme levantado, haberme tirado por la ventana, volar en picada diez pisos y encontrarme con el pavimento. Todas esas acciones no tienen un sentido propio o inherente que la hagan relevantes. Lectura o vuelo, el planeta se mantiene en su órbita y las siete billones de almas que dan vueltas siguen como si nada...


Cuando ella estaba por interrumpirlo, él continúa (levantando la voz por momentos):


- … ¿tengo garantizado continuar con esta tragedia llamada vida? Todas mis acciones son inevitabilidades. No hay guía, no hay mapa y simplemente estamos navegando sin gobierno tratando de encontrar algún puerto con significado. Y puerto tras puerto, seguimos sin encontrarlo, navegando algarete. Pensamos, esperamos, que será el siguiente. Pero la realidad es que no hay sentido, si desayuno o salto por la ventana, si leo las noticias o me encuentro con el pavimento después de volar en picada diez pisos, son todas actividades valorativamente iguales, ninguna superior a la otra, y todo porque ninguna tiene sentido real. Supongo que algunas personas pueden ponerse tristes (o contentas) si salto o no por la ventana...


Cuando ella estaba por ofrecer su opinión, olvidando momentáneamente el punto original de la conversación, él se adelanta:


- Y no, definitivamente no es una idea pesimista. Todo lo contrario, es liberador pensar la vida en estos términos. Ya lo dijo Camus “On n'est jamais tout à fait malheureux.”. No tiene sentido pensar en términos de pesimismo cuando todo lo que hacemos no tiene sentido. La ilusión desaparece. Si solamente existen actividades mundanas que nos hacen infelices, si juego a ser pesimista, ¿para qué seguir viviendo? ¿No sería más fácil, más lógico incluso, saltar por la ventana y volar en picada? ¡No, amor, no! “La vie est la somme de tous vos choix”...


Raro, pero fueron las frases en ese pobrísimo francés mal pronunciado que él se empeñaba en decir lo que le recordó el porque estaba enojada e incómoda en ese sillón tan cómodo. Comprendió que no podía seguir esperando y que él nunca iba a entenderla, mucho menos amarla. Pero sus pensamientos no lo iban a parar.

Él se pone de pie y comienza a caminar de un lado al otro del pequeño monoambiente, señalando con su dedo índice al techo, alguna pared y su palma izquierda alternativamente:


- … Muss es sein? Hay ponerse a pensar el por qué es más fácil estar triste o ser pesimista y el por qué estar contento o ser positivo es tan difícil. Y la única explicación, o al menos la única explicación racional, es que todas las acciones que podemos hacer no tienen un sentido en sí mismas. Es must sein, amor. Es must sein! Solo así podemos superar la ilusión y obtener claridad absoluta del ser, propio y colectivo. De cómo y por qué nos relacionamos. De cómo y por qué hacemos lo que hacemos...


Finalmente ella intenta interrumpirlo y dice con una voz calmada:


- Por cosas como esta, te estoy dejando. Pero no hay caso.


Ella sale del monoambiente y de su vida.

Él se queda hablando solo.

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